R.R. López nos contó hace unos meses, en el grupo de Facebook, que quería intentar montar una campaña de marketing viral para promocionar su libro «Diario de un superhéroe sevillano», una comedia sobre un superhéroe de la vida real. Y le propuse venir a contárnoslo en MOLPE para tener un ejemplo vivo de lo que es una campaña de marketing viral. Y Rafa, que es más majo que el bote del euromillón, dijo que sí y aquí lo tenemos.

Montar una campaña de marketing viral para promocionar tu libro.

Qué hacer y qué no. 

Hoy aprovecho que Ana me ha dejado un huequecito para venir a hablarte de cómo puedes hacer una campaña de marketing viral para promocionar tu libro.

Ya sabes que esto de ser escritor emprendedor tiene mucho de ensayo error.

A este respecto, decía Tomas Alva Edison, el famoso inventor: «No fracasé, sólo descubrí 999 maneras de cómo no hacer una bombilla.»

Si aplico esto a mi carrera como escritor emprendedor, a estas alturas tendría montada una tienda de bombillas tamaño IKEA.

Y la campaña de marketing viral que implementé para promocionar el lanzamiento de último libro no ha sido una excepción.

Por eso hoy vengo a contarte las cosas que debes tener en cuenta para evitarte los escollos que yo me encontré al diseñar una campaña de marketing viral para promocionar mi libro.

¿Qué es el marketing viral?

Para aclarar conceptos, no estoy hablando de viralizar un post, o lo que se viene conociendo como post viral, sino que te estoy hablando de lanzar a las redes sociales e Internet diversos contenidos que capten la atención de los lectores, que les intriguen y les diviertan, para que estos a su vez los compartan, y así crear buzz y hype para el lanzamiento de tu libro.

Pero, si esta definición no te convence, dejemos que lo haga la celebérrima Wikipedia:

«El marketing viral emplea técnicas de mercadotecnia para intentar explotar redes sociales y otros medios electrónicos tratando de producir incrementos exponenciales en «reconocimiento de marca» (brand awareness), mediante procesos de autorreplicación viral análogos a la expansión de un virus informático. Se suele basar en el boca a boca mediante medios electrónicos; usa el efecto de «red social» creado por Internet y los modernos servicios de telefonía móvil para llegar a una gran cantidad de personas rápidamente».

¿Qué herramientas puedes usar para promocionar tu libro con marketing viral?

¿Qué errores debes evitar?

Por suerte, la tecnología actual nos ofrece muchos canales y herramientas para viralizar contenido que no te costarán un duro, aunque sí requieren una buena inversión de tiempo.

Si quieres te cuento como lo hice yo, para que sirva como caso de estudio.

Te pongo en contexto.

Tenía escrita desde hacía más de un año una novela corta de humor, «Diario de un superhéroe sevillano», pero tenía aparcada su publicación porque, justo tras terminarla, una editorial del Grupo Planeta me ofreció un proyecto de publicación de un libro, y automáticamente este pasó a segundo plano.

Tras la publicación del libro con Planeta y un par de meses de promoción, en mayo de 2017, me puse manos a la obra para terminar de publicar aquella pequeña historia, y decidí hacer una campaña de marketing viral para promocionar su lanzamiento.

Y aquí vino mi primer error:

No planificar todos los detalles de la campaña de marketing viral de tu libro antes de empezar.

Parece algo básico, pero no siempre se hace.

Lo primero que deberías hacer es un listado de:

  • Los contenidos que quieres viralizar.
  • Los canales que usarás para ello.
  • La temporalización de cada acción, así como el tiempo que le vas a dedicar a cada una.
  • También debes determinar cuál es el objetivo de tu campaña y cómo quieres generar tracción de tráfico y hacia dónde.

En mi caso, primero fallé en la temporalización, aunque lo hice a sabiendas.

Ana ya me advirtió de que junio era una época nada más que regular porque bajan las ventas, pero yo quería intentar captar a los lectores que buscan una lectura divertida y ligera para el verano, así que arriesgué e hice mi campaña durante el mes de junio, con vistas a publicar el libro a finales de junio para que la gente pudiera comprarlo la primera semana de julio.

Los contenidos que iba a viralizar y los canales para difundirlos eran los siguientes

Algunos vídeos en los que se podía ver al protagonista de la novela, un superhéroe de la vida real que actúa en Sevilla.

La clave es que serían vídeos supuestamente reales captados por algún ciudadano o cámara de seguridad. Con ello pretendía crear misterio y curiosidad entorno al personaje.

Un booktrailer, que liberaría el día del lanzamiento, y en el que se revelaría que toda la campaña era, en realidad, una ficción para promocionar el libro, aunque la propia naturaleza cómica de los vídeos ya iba dando pistas de ello, pero quería jugar con esa ambigüedad, y de hecho hubo gente que pensó que era un personaje real.

Mi canal de YouTube, donde subiría los vídeos.

También subiría los vídeos nativos a mi página de Facebook y a la cuenta de Twitter del Pollo Vengador.

Carteles del Pollo Vengador, con sus redes y email de contacto, que distribuiría estratégicamente por Sevilla.

Fotos de dichos carteles que subiría a Facebook y Twitter.

 

También contaba con una cuenta de Twitter que había creado hace años para el personaje, para la que programé en ese mes contenidos relacionados con los superhéroes de la vida real, para tratar de crear seguidores de esa cuenta que encajaran con el público objetivo.

También tenía un blog en el que el Pollo Vengador contaba parte de sus aventuras y reflexiones, aunque lo tenía un poco abandonado.

Otra herramienta que usaría sería mi lista de correo, en la que mis suscriptores estaban al tanto de toda la maniobra, y les invité a que siguieran las cuentas en redes sociales del pollo vengador y compartieran sus contenidos.

​Y para monitorizarlo todo creé un hashtag, que también a​ que llamar la atención e identificar los contenidos, así como a monitorizarlos: #Chickeniscoming.

Así que me puse manos a la obra: diseñé el cartel, rodé los vídeos, y programé los contenidos en la cuenta de Twitter.

Hago un inciso para añadir que entonces me di cuenta de otro fallo de temporalización muy importante:

Andar disfrazado de pollo por las azoteas de Sevilla en Junio no es muy recomendable.

En mi tierra hay un adagio que dice: «Hace más calor que f#ll@n*o debajo de un plástico».

Pues así me sentía yo, pero sin la parte del gustirrinín.

Seguimos.

Tenía yo mis materiales preparados, y entonces me di cuenta de una cosa, precisamente por el fallo 1, que nos llevó al fallo 2:

No definir de forma específica el objetivo de la campaña de marketing viral para promocionar tu libro

Podrías decir: ¡viralizar contenidos! ¡Vender libros a cascoporro!

Vale, pero eso serían consecuencias de la campaña de marketing, no el objetivo en sí.

¿Qué quería yo conseguir con todo esto, aparte de desafiar los límites de la hipertermia y epatar a los vecinos de las azoteas colindantes?

Tras un análisis, decidí que el objetivo debía ser, aparte de crear intriga y hype en torno al lanzamiento del libro, derivar tráfico de las redes sociales, pero, ¿hacia dónde, si el libro no estaba publicado aún?

Otro impedimento que me encontré fue que, si quería jugar con la ambigüedad de que la gente dudara sobre la existencia del Pollo Vengador, no podía subir los vídeos a mi canal de YouTube, porque sería demasiado obvio, ni a la cuenta de Twitter del Pollo Vengador, porque sería un claro ejercicio de autobombo.

Por lo tanto me di cuenta de que tenía que crear un canal de YouTube para el Pollo Vengador.

Y para Twitter tuve que usar una antigua cuenta inactiva, para que pareciera que una persona cualquiera había lanzado el vídeo a esta red social.

Otro intento que hice fue colgar el enlace al vídeo en foros de lectores y en foros relacionados con la temática de superhéroes.

Incluso intenté colgarlo en Forocoches, pero finalmente no pude conseguir una invitación.

De nuevo, la temporalización jugó en mi contra, porque para que estas maniobras cuelen en foros, previamente debes llevar como mínimo un par de meses participando activamente en el foro, para que no sea evidente que es un intento de promoción, que la gente está ya muy escarmentada.

El objetivo del canal de YouTube del pollo era colocar en él un link al blog del Pollo Vengador, donde pondría un enlace al libro en preventa, y el día de la publicación pondría también el el link de compra tanto en los vídeos como en la página de presentación del canal.

Así canalizaría la tracción de la campaña hacia las ventas.

Pero, además, se me pasó por alto un detalle más.

¿Cómo hacer que la gente estuviera pendiente y se intrigara, en lugar de pensar que solo eran vídeos de un tío haciendo el loco?

De nuevo Ana, cual ángel de la guardia, me dio la respuesta: temporalización.

Tenía que incluir al final de los vídeos una fecha que crearía un efecto enigmático, que haría que la gente estuviera expectante: esa fecha sería la fecha sería la fecha de publicación del libro.

Así que corregí todo esto, pero tenía otro problema: era difícil crear muchos seguidores a un canal de YouTube en tan poco tiempo, así que se me ocurrió una idea para derivar más tráfico.

Envié los vídeos por WhatsApp a gente de mi confianza, y les pedí que los enviaran a los grupos que quisieran fingiendo que les había llegado el vídeo y que les había llamado la atención.

Así generaría más visitas al canal de YouTube.

Sí, mis amigos me quieren mucho, pobreticos.

¿Y cuáles fueron los resultados de la campaña de marketing viral para promocionar el libro?

Vídeos nativos en Facebook: Un alcance total (entre los 3 vídeos) de 1852 personas, con un total de 616 reproducciones.
Canal de Youtube: 5 suscriptores, 485 reproducciones entre todos los vídeos.
Carteles callejeros: Una petición en el email del pollo para que le diera una paliza a un profesor de microeconomía. No es broma.

 

 

Todo esto se tradujo en un embudo con una tasa de conversión de 1’8%, que no es mucho, pero menos da una piedra.

Estoy seguro de que si te animas a hacer una campaña de marketing viral que no sea tan flichornosa (flipante+bochornosa) y evitas estos fallos, conseguirás superar estos resultados.

Ana de nuevo al habla: una campaña de marketing viral (como por ejemplo la que hizo Manuel Bartual este verano) tiene que tener varias cosas:

  • Originalidad (que yo creo que la de Rafa la tiene)
  • Una buena organización de tiempos y un esquema detallado de qué vas a hacer y cuándo lo vas a hacer.
  • Una base de seguidores importante a los que involucrar.

Si este último punto no se ha conseguido la campaña no se hace viral porque son menos bocas las que la difunden. Ojo, que puedes tener suerte y que, dentro de una base de pocos seguidores, tengas un influencer y este la comparta, con lo que juegas con su audiencia y no, con la tuya. Pero ahí tiene en su contra la época: a finales de junio. Finales del cole, inicio de vacaciones. Es una época en la que se suele vender poco.

¿Qué crees tú que podría haber hecho Rafa para vender más?

 

¿Te animas a montar una campaña de marketing viral? 

R. R. López

Escritor de fantasía absurda, Historias que no contaría a mi madre