Post personales

Este no es el post que iba a publicar hoy. En mi mente cuadriculada e hiperorganizada, no tocaba hoy un post personal como este, en el que declaro la guerra a los SEOS. Hoy tocaba un post de twitter enlazado a un curso muy chulo de twitter que os quería presentar. Pero —con el post escrito desde hace semanas, con el curso montado desde hace semanas— ayer, cuando iba a enlazar las dos cosas, la web me hizo la pascua. Tras varias horas intentando arreglar el tema, llamé a Iberzal que es quien lleva las tripas de MOLPE, en plan «Rupert, te necesito» y ellos me bajaron de los cielos a los suelos. «Para arreglar este entuerto, necesitamos unas horas, posiblemente la tarde entera». Así que ayer a las once de la noche, me quedé sin post para MOLPE hoy.

Y sí, normalmente suelo tener alguno ya escrito en la recámara para crisis de este estilo, pero ninguno de los borradores daba la talla. Y no podía decirle a mi maravilloso copy Jaume Vicent que me escribiera uno a esas horas porque podría empezar a hacerlo con el título «Os voy a mandar a todos a la mierda». Y quiero seguir teniendo blog. A medida que pasan las horas, Jaume se va volviendo cada vez más belicoso y sus GIF se van haciendo más ácidos. Es lo que tiene escribir terror, que amarga a cualquiera.

Así que me fui a la cama muy alicaída pensando en que, por primera vez en tres años, faltaría a mi cita de los jueves en MOLPE. Hasta que abrí Twitter esta mañana y Oscar Iborra me salvó el culo con un retweet de mi post del Fogón de esta semana., al que había añadido una coletilla: «Que se mueran los SEOS». Así que le pedí permiso para usar el título en este post. Porque la frase había encendido la chispa de una idea.

Hay que escribir posts personales

Cuando te hablé de los posts que atraen lectores a tu blog, en esos cinco posts estaba el post personal. El problema del post personal es que muchas veces no cumple con el SEO. Ya sabes, el Search Engine Optimization (o dicho en cristiano, la forma en que te busca Google). Así que tus posts personales no existen para Google. Y sí, tienes que existir para Google si quieres sobrevivir en este mar de peces, pero a veces —qué coño— es un gusto soltarse el pelo y pasarse el SEO por ahí. Y hablar de lo que te apetece. Como estoy haciendo desde hace un tiempo en El Fogón, porque me apetecía tener un blog de escritora-lectora.

O contar, como es mi caso hoy, que a veces incluso teniendo un negocio online que va viento en popa, las cosas se tuercen y tienes que salir a la palestra totalmente desnuda. (En ocasiones, desnuda literalmente) .

¿Por qué no es malo escribir posts personales de vez en cuando? 

Porque tú escribes para personas, no para Google. Al otro lado de la pantalla, estás tú que estás leyendo esto ahora. Y que no quieres leer el artículo número cuatrocientos de «cómo escribir posts que enganchen a tu audiencia» con los mismas etiquetas SEO-friendly, que parecen calcados unos de otros. De hecho, en más de un blog de la blogosfera española he visto fusilados los de MOLPE (expurgados eso sí, de mis chascarrillos y de los de Jaume, que al final es lo que le da la marca personal y lo que distingue nuestros estilos).

Tú lo que quieres es que te sirva de algo leer este post, pero al mismo tiempo sentirte a gusto leyéndolo. Tener una conversación conmigo de tú a tú. Decirme: «Joder, Ana, a mí también me pasa eso. A veces, la vida me supera y no sirve de nada haber programado todo, porque te encuentras sin post que sacar por un problema X». O «No sabes cómo entiendo tu tecnoplejia, porque a mí me pasa lo mismo». Y a mí, que estoy a este lado, me consuela horrores haber sacado tarde el post de MOLPE porque sé que tú lo entiendes. Y que me pasas una manita virtualmente por el hombro.

Y sin embargo, el SEO existe…

Tal vez porque nunca escribo para Google, para mí los SEOS pueden morirse. Suelo escribir lo que quiero contarte, a ti. Y luego, tuneo el artículo para el SEO. Meto la palabra clave en el primer párrafo (en este caso: posts personales). En la primera H2. En las imágenes, que están optimizadas para web y cuyo archivo no se llama img234.jpg sino posts-personales.png. Vuelvo a meterla en algún lugar del texto. Busco enlaces internos y externos que enriquezcan el texto. Y que aumenten el tiempo de permanencia en MOLPE (que son dos minutos y medio de media).

Porque, a pesar de que —como a ti— hay veces que me dan ganas de mandar a tomar por culo el SEO, el SEO existe. Y gracias al SEO me han localizado varias editoriales.

Ahora, que se mueran los SEOS y que vivan los posts personales que permiten que tú y yo nos conozcamos. Tanto como este en el que te enseño dónde escribo. 

El SEO dice que tengo que terminar con un call-to-action. Pues eso: Call-to-action. Que lo sepas.