Por qué llora la maestra

Dice Gonzalo Moure que «para escribir no hay que sentarse a imaginar una historia sino vivir con intensidad y con los ojos, oídos y corazón muy abiertos». Porque Gonzalo Moure, escrivive y eso es algo que destila en cada uno de sus párrafos el libro del que te vengo a hablar hoy: ¿un libro para escritores? llamado Por qué llora la maestra. 

¿Un libro para escritores?

¿Por qué lo pongo entre interrogaciones? Porque, a pesar de que las páginas del libro hablan de cómo ve Gonzalo Moure la escritura, creo que este es un libro que enamora a cualquier lector. La auténtica literatura es la que nace del alma y, en este libro, está el alma de Gonzalo, en cada línea. 

De qué va Por qué llora la maestra

Por qué llora la maestra es un libro sobre libros y sobre el proceso de escribir, sí. Cuenta de qué manera van surgiendo las ideas hasta ese momento en el que las dejas volar a las manos de los lectores, todo ello desde la perspectiva de Gonzalo Moure y aderezado —como un maravilloso plato— por la experiencia del autor. 

«Si te sientas frente al ordenador, o con una libreta en las rodillas y el bolígrafo en la mano, y comienzas por preguntarte ‘¿qué escribo?’, lo más seguro es que el cuaderno, o el ordenador siga vacío. La respuesta no está dentro de la página en blanco, por más que la mires, sino dentro de ti. Y fuera. En la vida».

Pero además de sobre la escritura, el libro es una larga carta en la que el autor mira, respira y escrivive la literatura. Eso hace que este no sea un manual más sobre la escritura, sino una delicia para cualquier amante de la lectura, no solo por lo que dice, sino sobre todo por cómo lo dice, con la positividad y la maestría que tiene Gonzalo Moure para contar las cosas. 

Si eres escritor, te llenará de motivación la propuesta de jugar con el lenguaje, de eliminar adjetivos y comas y de exigirte un poco más cada día, no por competir sino por experimentar y disfrutar de cosas nuevas.

«Eso es la literatura, un inmenso laboratorio (tú mismo eres parte de él) en el que se experimenta con el alma humana, con la vida, tratando de hacernos mejores, y también con el pasado y el presente buscando el mejor futuro posible».

Me recordó al maravilloso Gramática de la fantasía de Gianni Rodari, un libro que he leído y releído mil veces y que está el pobre tan sobado que se le caen las hojas. Algo me dice que este sufrirá la misma suerte. Por lo pronto, ya lo he regalado un par de veces y ahora te lo recomiendo encarecidamente. 

Prólogo y epílogo

Gonzalo Moure acompaña su larga carta de amor a la literatura de dos amigos que son dos grandes de la literatura infantil y juvenil. O más bien de la literatura a secas. El prólogo viene de la pluma de Carlo Frabetti y el epílogo, de la de Mónica Rodríguez. 

Dos monstruos de la literatura que arropan con sus palabras —con sus deudas, como dice Mónica Rodríguez— el oficio del autor, lo que ha compartido en treinta años de escritura. Y que ahora se resume en disfrutar y seguir escribiendo. 

«Ninguna descripción literaria de la luna es tan hermosa como la luna. Ni ningún cuadro, ninguna fotografía, ninguna poesía. Igual pasa con el amor, con el miedo, con la felicidad. La literatura es la búsqueda de algo inalcanzable, un experimento sin fin que va llevando al ser humano a un destino aún impensable. Al escribir tienes que aceptar que escribas lo que escribas, será un fracaso. Puede ser un hermoso intento, claro que sí. Hermosísimo. Y es lo que espero de ti (y de mí). Pero un fracaso. Un hermoso fracaso». 

Como dice Mónica Rodríguez, al final del libro: «Ármate, pues, de paciencia, cierra el libro y prepárate para descubrir dentro de ti por qué llora la maestra».