marketing para escritores
Internet es como la varita del hada madrina. Cambia todo aquello que toca ¿No me creéis? Acordaros de cuando tenías que ir al banco a realizar todas las transferencias y la vida se paralizaba los fines de semana. O cuando tenías que acudir a una agencia de viajes para comprar un billete de avión. O de tren.

 

Ahora lo único que tienes que hacer es abrir tu ordenador y ya.
Pues siento decir que la varita mágica ha tocado al mundo editorial. Y no creáis que Internet va a ser magnánimo. Es un monstruo que devora todo lo que pilla. Ahora, cualquiera con un mínimo manejo de la red es capaz de editar un libro. Mejor o peor, pero un libro. No hay editores con la ceja alzada que impidan la entrada al circuito a los autores noveles. Ahora, el filtro lo ponen los lectores. Pero la culpa de que fracases como escritor –con o sin editorial– va a ser tuya y solo tuya.
Las editoriales son negocios. Las librerías son negocios. Las distribuidoras son negocios. Todos ellos dependen de la materia prima: el escritor. Tú. Que hasta ahora eras el último mono de la cadena bibliófila.
Hace muy poco, oí que había protestas de los lecheros por lo poco que recibían por litro de leche. Cada litro de leche necesita un proceso de pasteurización, otro de envasado, un distribuidor y un comercio que la venda. Todos estos intermediarios son costes que paga el consumidor y, cuando te bebes un vaso de leche, el lechero –que es el que se levanta pronto cada mañana para ordeñar y el que brega con las vacas– recibe menos de un céntimo por él.
De la misma manera, un escritor necesita un corrector, un proceso de edición para embellecer su producto, un distribuidor y una librería donde venderlo. Solo que –a diferencia de la leche– los libros han sido tocados por la varita mágica de internet. Y al escritor ya no le hace falta que todo eso se lo dé una editorial, perdiendo en el proceso los derechos sobre su obra. Porque puede vender por internet. Puede contratar a un corrector freelance, un maquetador freelance y a un ilustrador freelance. Incluso, si quiere distribuirse de forma tradicional, puede contratar a un distribuidor y vender en librerías. Solo se trata de saber hacer las cosas y de tener un plan de marketing online claro.

 

autor-autoeditado
Pero…¿qué pasa si no quiero autopublicarme?
—Esto no va conmigo —dirás— Yo tengo una editorial que me promociona ¿Para qué tengo que aprender marketing online?

El que piensa así comete un gravísimo error. La editorial te hará promoción, sí, sobre todo los primeros meses.

Todo sea dicho a la gran mayoría de las editoriales tampoco les vendría mal aprender un poco sobre marketing online, pero como decía el gran Ende: “Es otra historia y será contada en otra ocasión”.

A lo que íbamos: en el momento en que tu libro deja de ser novedad editorial, otros cogen tu puesto en sus redes. Y de forma ocasional, la editorial recuerda que también tiene que promocionar el tuyo y envía un tweet recordándolo que se pierde en el mar de tweets y se diluye por completo. El boca a boca es más lento que la promoción editorial, pero infinitamente más seguro.

Aunque en este blog voy a dar consejos sobre autopublicación en ocasiones, no se trata de un blog sobre autopublicación. Creo que el futuro es un autor híbrido, alguien que gestiona qué libros entrega para editoriales y qué libros, no. Y con eso, aunque parezca que no, ambos salen ganando. El autor porque se asegura unos ingresos mensuales (que vienen divinamente para cosas mundanas como pagar el litro de leche ese del que los lecheros reciben tan poco) y la editorial porque saca libros de autores que ya tienen un público y las apuestas son menores y menos arriesgadas.

Ahora, para que eso sea así, tanto el autor como la editorial tienen que saber manejar los hilos del marketing online. Y el panorama, en ese sentido, es verdaderamente desolador.

En este blog, voy a explicarte lo que hice yo para vender más de 9000 ejemplares de mi última novela. Autopublicada. Y lo que tienes que hacer para –al fin– poder vivir de lo que escribes. Te enseñaré a no cometer pecados en las redes sociales (no tropezarás donde yo ya he tropezado). Solo tienes que suscribirte al blog y seguirme semana a semana.

 

Primer consejo: solo tienes que hacerte un blog

 

Un blog es tu casa digital:

Frente a la rapidez en la que se suceden los mensajes en las redes sociales, en un blog lo que quieras decir permanece. Lo puedes actualizar y ampliar y referirte a él cuando quieras. Además, va a ser a tu blog a donde te van a ir a buscar los que quieran saber de ti.


Un blog te diferencia del resto: te da visibilidad.

En este mundo en el que das una patada en el suelo y salen 10000 escritores, la visibilidad es un plus. Si enganchas con tu blog, tienes mucho ganado.

Un blog forma comunidad:

Si a alguien que lee por casualidad un post de tu blog le gusta como escribes, es posible que se quede y que te siga. La clave de vender libros es formar a tu alrededor una comunidad de personas con las que compartas gustos.No es importante tener muchos seguidores, sino seguidores de calidad (superfans).

Un blog te hace ser mejor escritor:

El obligarte a escribir una, dos, tres veces por semana, te obliga a organizarte, a planificar y en definitiva a entrenar la rutina de un escritor. Luego, te das cuenta de que fluye con muchísima más rapidez la escritura que antes de ser bloguero.

Un blog te permite tener tu tienda virtual

(vender tus sin que los intermediarios se queden con un tanto por ciento).

 

¿Y tú? ¿Ya tienes blog?