La loca de la casa, de Rosa Montero

Rosa Montero es de esos escritores que hay que visitar para aprender y para disfrutar de lo leído. Una escritora que se adivina tras cada palabra, porque sus libros son ella. Y tal vez el libro más Rosa Montero que he leído es este que hoy te traigo: La loca de la casa. 

«Para ser tenemos que narrarnos, y en ese cuento de nosotros mismos hay muchísimo cuento: nos mentimos, nos imaginamos, nos engañamos». 

«Los humanos somos, por encima de todo, novelistas, autores de una única novela cuya escritura nos lleva toda la existencia y en la que nos reservamos el papel protagonista». 

El título de este ensayo sobre la creatividad lo extrae Rosa Montero de un pasaje de Santa teresa de Jesús en el que esta llama «la loca de la casa» a la imaginación.

Lo llamo ensayo por etiquetarlo (la manía que tenemos de poner etiquetas siempre), porque este es un libro poco etiquetable. Como la propia imaginación. No es un libro de no ficción porque tiene pedazos de ficción (como el encuentro tres veces narrado con un actor estadounidense o su hermana Martina). No es una novela porque no tiene estructura como tal, a pesar de que la autora nos lleva de la mano por su peculiar viaje del héroe. 

¿Es «La loca de la casa» un libro para escritores?

Rosa Montero aprovecha a la loca de la casa para reflexionar sobre un montón de temas que envuelven el oficio de un escritor, desde el proceso de inspiración (el «huevecillo»)…

«La realidad interior se te multiplica y desenfrena en cuanto te apoyas en un «y si».». 

… pasando por la creación de historias («la etapa del embudo»), la imaginación, la lectura y la literatura.

De su mano, recorremos las obsesiones de Goethe por los poderosos, la mala educación de Tolstoi, las crisis de Melville, frases geniales de Monterroso, de Vargas Llosa, de Truman Capote.

Incide, como no podía ser de otra forma, en la presencia de la mujer en la literatura, declarándose antisexista y abogando por una literatura en la que tanto hombres como mujeres podamos vernos reflejados, y en el proceso de maduración del escritor. 

«Escribir novelas es una actividad increíblemente íntima, que te sumerge en el fondo de ti mismo y saca a la superficie tus fantasmas más ocultos». 

Pero no es en realidad un libro reservado solo a escritores. La loca de la casa puede ser disfrutado —y degustado a sorbos pequeños como si fuera un vino dulce— por cualquier lector, alargando el placer de este juego que nos propone la autora con la imaginación. 

Cualquiera con imaginación, cualquiera con creatividad, puede aprender, reflexionar y pasarlo bien entre las páginas de este libro, que es como una caja de sorpresas. Una particular oda a la literatura como el libro de Gonzalo Moure del que os hablé hace poco. 

Es un libro para subrayar frases geniales como esta. 

«El tiempo es un ladrón de piel impenetrable que todo lo devora». 

Es un libro para amantes de la literatura. Y punto.