No somos superhéroes, ninguno de nosotros —por lo menos, hasta lo que yo sé— tenemos superpoderes. Y aunque queramos estirar el tiempo como si fuera un chicle, lo cierto es que el día tiene las horas que tiene y debemos dedicar al menos siete de ellas a dormir. La necesidad de descansar para sacar el trabajo creativo adelante no es un obstáculo para el desarrollo de tu carrera como escritor, es una premisa para conseguirla, porque el proceso de idear, de crear, de desarrollar historias y cómo darlas a conocer a tu audiencia necesita momentos de desconexión, de relajación, en los que la mente esté ociosa. ¿No te pasa a ti que las mejores ideas se te ocurren en la ducha o justo antes de dormir?
La necesidad de descansar
Cuando empezamos en esto del emprendimiento como escritores, nos da la sensación de que los fines de semana no existen. Dominar todas las variables de la visibilidad online, enterarnos de cómo sacar rendimiento a las redes sociales y, además, escribir (sin contar ya si tienes un trabajo nutricional, hijos, pareja, etc) hace que el equilibrio entre nuestra vida personal y profesional se vaya al garete.
El problema, además, es que un escritor no trabaja en una cadena de montaje ni despachando pan. Tu principal herramienta de trabajo es tu creatividad y tu concentración… así que ¿crees que puedes escribir estando cansado? El esfuerzo es sin lugar a dudas parte del camino, pero hay que tener cabeza. Ser escritor profesional no es un sprint que se haga en un año, es una maratón de fondo que durará tres años en despegar con un poco de suerte. Así que si echas los hígados en el primer año, es muy posible que abandones por el camino.
Batman y la procrastinación
Al pobre Batman siempre le crecen los enanos. Incluso los superhéroes tienen problemas con el tema de la procrastinación. No recuerdo en qué peli de Batman, el alterego de Bruce Wayne tenía que decidir entre salvar a la chica o salvar a su amigo. Imagina por un momento que estuviera tan cansado que duda entre los dos, duda tanto que al final no no hace nada y se le mueren los dos. Algo parecido pasa con tu proyecto cuando estás cansado. Que procrastinas lo más grande.
Procrastinar no ayuda a sacar los proyectos adelante, pero planificar los tiempos de descanso sí que lo hace. Podrías estar tres años trabajando 24 horas al día sin dormir y la pila de cosas por hacer no se acabaría nunca. No tienes que hacerlo todo ahora y tú solo. Planifica, prioriza, di que no. Centra tus energías y tus esfuerzos en las cosas más importantes. Simplifica. Be water, my friend. Tu herramienta de trabajo es tu cerebro y para rendir debe tener días libres. ¿O te crees que Batman haría todo lo que hace si no tuviera a Alfred y si Alfred no tuviera sus días libres?
La culpabilidad del descanso
Y además, como somos masocas por naturaleza (¿quién si no alguien masoquista escogería la carrera de escritor, por favor?), tenemos que lidiar con el sentimiento de culpa que arrastramos si decidimos descansar: «Yo, aquí de cañas con amigos cuando debería estar escribiendo… soy el mal». Pero si te pones a escribir no te sale nada a derechas, porque estás cansadooooo. Los límites están en tu cabeza. La presión está en tu cabeza. Tú eres el que piensa. «con todo lo que tengo que hacer…». Esta época —diciembre, navidades— es además un horror porque la mayoría tenemos firmas, presentaciones, compromisos familiares, tenemos que comprar los Reyes y hacer el amigo invisible, y hacerte la cera y teñirte las canas para que tu tía abuela no te diga que qué vieja que estás… No nos da la vida.
El escritor organizado
El año pasado, Ana Bolox sacó un manual y unas plantillas para organizar el año 2018 que a mí me vinieron de perlas. Agotada, a principios de diciembre, me senté a organizar mi año y a poner objetivos mensuales y, a pesar de que los últimos meses, esos objetivos no los he cumplido —el monstruo de la MOLPEcon devoró mi organización por completo—, sí que el resto del año su método me sirvió para tener tiempos de descanso y ser lo más productiva posible. Vuelve a sacarlo para el 2019. Aquí está. Una de las mejores formas de asegurarse el descanso es sentarse a planificar lo que quieres conseguir siendo lo más pesimista posible. Planifica y tómate un tiempo de descanso. El año que viene me lo agradecerás.
¡Hola, Ana!
Qué importante me parece este artículo.
Yo he vivido esa sensación de estar saliendo con gente y pensando que tenía que estar escribiendo. Es agobiante. Y luego te sientas delante del ordenador y el ratón se va solo a internet y es muy complicado controlarlo. Y todo porque el rato que se suponía que estaba descansando me lo he pasado sintiendo culpa por no estar escribiendo en lugar de disfrutando y reponiendo fuerzas…
Me gustan mucho tus artículos sobre salud mental (al final es lo que es).
Gracias por recordarnos lo importante que es desconectar.
¡Un abrazo!
Muuuuuy importante :D. Mil gracias por el comentario. Un besote.
¡Estupendo artículo! Me viene de perlas. Porque después de conseguir cumplir el reto en mi primer NaNoWriMo mi cuerpo serrano decidió unilateralmente tomarse unas vacaciones, ignorando a mi súper mente de escritora furibunda. Y no hice ni el huevo hasta ayer en que, ¡oh, sorpresa! en mitad de unas vacaciones familiares en Murcia visitando a la familia, me empezaron a picar los dedos y vomitaron en mi portátil (que viajó conmigo) cuatro borradores de relato.
Supongo que me hacía falta cargar pilas. Me alegra comprobar que lo de la culpabilidad solo me picó un poquito, cuando hace años me hubiera aplastado como una losa. Me anima pensar que esas cosas son seña de que progreso como escritora.
Y ahora solo tengo que concentrarme para encontrar ese punto de equilibrio entre el descanso necesario y el procrastineo maquillado de descanso. Que no es demasiado difícil si se le coge el truco.
Gracias por un artículo estupendo. Y en cuanto a la MOLPEcon II te aviso que estamos recogiendo firmas… Eso sí, delega y pide ayuda, que seguro que tendrás muchos voluntarios. Yo me ofrezco desde ya.
Abrazos!!
Un articulo fundamental para todos. En el libro que tengo en revisión digo lo mismo que tú. Es necesario programar los descansos tanto como todo lo demás y no dejarlo para luego. Gracias Ana
No podría estar más de acuerdo contigo Ana. Precisamente hace un momento decía NO a un proyecto. Si trabajas fuera de casa, tienes a tu familia, llevas un blog, y además colaboras con reseñas, perteneces a un club de escritores… y ¿quieres tiempo para escribir? A veces el reloj te saca la lengua con alevosía. Un libro de más de cuatrocientas páginas me esperaba para reseñar en cuatro días. Y la verdad, lo siento, pero no. Estamos en Navidad y mis hijos están ahí, las luces, los amigos, las comilonas, y la necesidad de detener un poco el tiempo.
Conclusión… te comprendo a la perfección. Tiempo de descanso y luego más fuerza creativa.
Besos y felices fiestas