Uno de los primeros libros de fantasía que cayó en mis manos fue Charlie y la fábrica de chocolate de Roald Dahl. Las letras de Dahl consiguieron no solo engancharme a la fantasía juvenil de por vida, sino que pasear por las páginas de su historia me permitió aspirar el olor del chocolate del señor Wonka página tras página.
Hace un tiempo, me di incluso el gustazo de entrevistar al señor Dahl para mi blog de fantasía juvenil. Sí, ya sé que esta muerto (Dahl, no mi blog), pero…¿qué es ese pequeño impedimento para una escritora de fantasía?
Después de devorar los libros middle-grade (sí, ahora se llaman así, pero son libros infantiles con chicha para adultos, como por ejemplo, el irreverente Cuentos en verso para niños perversos) pasé a leerme sus macabros cuentos y sus ácidas novelas para adultos.
Cuál no sería mi sorpresa al encontrármelo en los apuntes de Neurocirugía de 5º de carrera como inventor de la válvula Wade-Dahl-Till para el tratamiento de la hidrocefalia en niños. Creo que fue en ese momento en el que me convertí en una fan incondicional.
Y es que hay un montón de cosas que tenemos que aprender de Roald Dahl si queremos ser escritores emprendedores y conseguir la tan deseada visibilidad online. Porque creemos que la visibilidad online es como la tableta premiada del señor Wonka, donde tenemos un billete dorado a nuestros sueños. Pero las cosas no son así.
¿Qué tenemos que aprender los escritores de Roald Dahl?
Tenemos que ser disciplinados.
En Historias extraordinarias, Dahl cuenta La maravillosa historia de Henry Sugar y una de las frases es magistral para los escritores que empiezan: “Estás solo en esto. Debes tener autodisciplina. Nadie te está empleando. Nadie está cerca para darte por saco si faltas al trabajo o para echarte si empiezas a remolonear”
Si me dieran un euro por cada vez que alguien me dice “Yo también escribiría una novela si tuviera tiempo”, ahora mismo sería como el Tío Gilito, en vez de una pobre escritora autónoma. Porque todos —todos— tenemos tiempo para hacer lo que queremos si nos lo ponemos como objetivo. Por lo tanto, ponte una cuota de palabras/día (aunque sea pequeña) y cúmplela.
Si no hay novela o cuento o libro de no ficción o poemario o lo que sea que quieras publicar, no hay nada.
Los obstáculos nos hacen más fuertes. Los fracasos no existen.
Roald Dahl inventó la válvula para ayudar a su hijo (que sufría hidrocefalia) y, no solo lo consiguió, sino que ayudó a muchísimas más personas con su invento. Una situación que podría haber llevado a la depresión a otro padre, a él lo hizo más fuerte.
Los personajes de las historias de Roald Dahl son niños que no lo tienen fácil en la vida. Su infancia está llena de obstáculos y, sin embargo, se las arreglan para sortearlos. Charlie vive en la extrema pobreza, Matilda es una niña a la que no quieren sus padres, James vive con dos tías que parecen las hermanastras de Cenicienta, el niño de Las Brujas (cuyo nombre no se nos dice) tiene como única familia una abuela anciana y enferma…
Pero, como dice Matilda, dentro de cada uno de nosotros está el poder para cambiar el mundo, pero sobre todo, dentro de cada uno de nosotros está el poder para cambiar nuestra vida. Un fracaso no es más que la oportunidad para aprender qué es lo que no debes hacer la siguiente vez que lo hagas.
¿Cuántos escritores hay con una novela en un cajón porque dos editoriales a las que la envió no la eligieron? Posiblemente, esos escritores ni siquiera se hayan parado a pensar en por qué no lo hicieron para corregirlo a la hora de enviarla de nuevo.
- ¿Eran las editoriales adecuadas?
- ¿Era la temática adecuada?
- ¿Habían publicado hace poco algo similar que no había tenido éxito?
- ¿Presentaron su novela de forma adecuada?
Los fracasos hay que analizarlos. Buscar los porqués y conseguir soluciones.
En el caso de los blogs de escritor, es mucho más sencillo porque tienes la analítica web que te enseña dónde fallas. Tu blog no tiene visitas:
- ¿Sabes quién es tu público objetivo?
- ¿Tienes un calendario editorial dirigido a ese público objetivo?
- ¿Tienes tus redes sociales dirigidas a ese público objetivo?
- ¿Respetas el SEO en tu página?
- ¿Tienes una newsletter?
Si alguna de estas cosas, te falla, ya sabes dónde está el problema.
Arriésgate a perseguir tus sueños.
Nunca irás a ningún lado con el “y si” por delante ¿Crees que Colón habría descubierto América si hubiera pensado “¿Y si me hundo por el camino?¿Y si encuentro piratas? ¿Y si no vuelvo? NI siquiera se habría embarcado. Es lo que le dice el señor Wonka a Charlie cuando este titubea antes de montarse en el ascensor de cristal.
Sí, el ascensor de todos nuestros sueños es de cristal. Y es posible que se rompa, pero si no lo intentas, nunca conseguirás nada. Esforzarte por conseguir tus metas no te libra de tortas. Pero qué sumamente triste es quedarse sin hacerlo por el miedo a que te las den.
Cuando algo exige un esfuerzo importante, no son uno ni dos los escritores que se quedan en la cuneta viendo como el ascensor vuela sin ellos. Nadie te promete el éxito sin esfuerzo. Ni siquiera con esfuerzo. Ese esfuerzo tiene que estar bien dirigido, igual que la velocidad del ascensor de cristal, para poder atravesar el techo de la fábrica de chocolate y poder volar.
Disfruta de las pequeñas victorias y no persigas las grandes pronto.
En Volando solo, Roald Dahl nos dice que una vida está hecha de un gran número de pequeños incidentes y de un pequeño número de grandes incidentes. A veces, despreciamos las cosas pequeñas sin darnos cuenta de que muchas cosas pequeñas hacen una grande. Y como decía el GGB, hay un montón de cosas en este mundo nuestro acerca de las cuales todavía no has empezado a preguntarte nada. Intenta dejar los prejuicios en un cajón si lo que buscas es vivir de la literatura.
Un autor para poder vivir de esto, debe combinar la publicación editorial con la autopublicación. Ser híbrido.
Muy conmovedor y motivador artículo.
Cada vez estoy más convencido de que, además de lo que incluyes en la conclusión final, habría que añadir que para vivir de esto hay que vender algún tipo de servicio o infoproducto que no sean tus libros, a no ser que pegues un megapelotazo en ventas.
Pero es solo una intuición.
Compartiré en redes.
Abrazos.
Eso está claro :D. Con una sola novela no se vive. Puedes vivir dos meses, tres, si vendes bien, pero lo que lleva a ingresos regulares son varios libros publicados. Cuantos más, mejor. Y el alternar libros publicados con editorial que te dan visibilidad offline con libros autopublicados que te generen ingresos.
Vaya… Es curioso que menciones el tema de publicar con editorial/autopublicar… Porque hace un tiempo que estoy pensando en eso mismo, que la mejor solución es una mezcla de las dos cosas.
Sobre lo que plantea R.R yo pienso lo mismo, de los libros, digamos literarios, no se puede vivir. Tienes que convertirte en una marca; necesitas vender cursos o servicios o tener, como me gusta llamarlo, un trabajo de Clark Kent, que te pague las facturas.
Supongo que llegado a cierto punto y, si no te has cansado por el camino —desde hace unos meses estoy viendo caer a muchos :S—, lograrás mantener unos ingresos «viables» y podrás vivir de esto.
Pero claro, es lo que dices, necesitas ponerte y sobre todo, creer en lo que haces. Al final es como todo: Tienes un sueño>Persigues un sueño. Pero necesitas creer y ser constante.
En fin, tan genial como siempre, maestra!
Gracias 😀