Literalmente. Porque cuando una plantea su página de Facebook, son cinco, como los dedos de la mano, las cuestiones que tienes que resolver.
La primera pregunta, la más gorda, como el pulgar es:

¿Perfil personal o página de Facebook?

De esa pregunta, ya hablamos largo y tendido en este post, así que, aunque sea la más gorda, no le voy a dar más protagonismo.
La segunda pregunta, la del dedo índice, porque es la que va a señalar a aquello que quieres que tenga visibilidad en tu página, es:

¿Qué nombre le pongo a mi página de Facebook? 

¿Mi nombre o el de mi blog? 

Pues, en general, recomiendo que si eres escritor y lo que quieres potenciar es tu blog de escritor que le pongas tu nombre. Pero que si eres una escuela literaria o tu blog ofrece servicios literarios, que le pongas el nombre de tu blog.

Y…¿qué pasa si tengo dos blogs? Pues, hasta ahora, yo simultaneaba las publicaciones de mi página de autora con las de MOLPE en la misma página de Facebook, pero me he dado cuenta de que eso no funciona.

¿Por qué?

Pues por lo que siempre os digo, porque son diferentes públicos objetivos. Así que he decidido que MOLPE tenga su propia página de Facebook, en la que todos los días voy a subir publicaciones que os sirvan a nivel de marketing (no solo las mías).

¿Cómo conseguir no perderte ninguna? 

Sí, porque Facebook es puñetero y, si no interactúas con una página, decide que no te interesa y no te la muestra. Así que si te interesa recibir las actualizaciones de una página (como, por ejemplo, la de MOLPE), esto es lo que tienes que hacer:
Página-facebook
Vas a “Me gusta” y ¿ves que, por defecto, “Notificaciones” viene en “Todas desactivadas”? A Facebook eso le interesa, porque de esa manera si alguien quiere que su página tenga visibilidad (y no sabe hacer una estrategia de contenidos) tiene que pagar por ello. ¿Chinchamos a Facebook un poquito? ¿Le dais a recibir notificaciones?
El tercer dedo es el dedo corazón. Y eso es lo que levantamos a Facebook cuando nuestros seguidores clican en “Todas activadas”. Nos saltamos el Edge Rank de Facebook.
 ¡Chúpate esa, Mark Zuckerberg!
 
El cuarto dedo es el anular. Es el dedo del compromiso. Donde se ponen los anillos de casado y de pedida. Y debería ser el dedo de la hipoteca, que une más que todo lo anterior. Y la pregunta que le corresponde es:

¿Merece la pena pagar la publicidad de Facebook? 

Pues, a ver: si tenemos una comunidad en la que la mayoría ha dado al “Notificaciones activas”, no. Pero la gente es muy vaga en general y no suele hacerlo. Así que, en determinadas cosas, sí que compensa invertir en publicidad en Facebook. Por ejemplo, vas a hacer una firma de libros en una ciudad. Facebook Ads te permite segmentar el público al que te diriges: si yo voy a hacer una firma en Santander y soy escritora de romántica, puedo elegir: público femenino, de este rango de edad, que viva en Santander y que le interese la literatura romántica. Y dirigir la campaña a ese público me puede costar 3 euros/día. Yo decido cuántos días lo hago y ya.
En la plataforma de MOLPE, en Noviembre, se publicará el curso de Facebook Ads de la mano de Gabriella Campbell, para que sepas cómo sacarle todo el provecho.

Por último, pero no menos importante, tenemos el meñique, el más mono de todos nuestros dedos. El que tiene utilidades insospechadas, como esta:

¿Qué publicaciones llaman en Facebook?

Facebook es completamente visual. Los vídeos y las fotos son lo que triunfan. Sobre todo, si los vídeos están directamente subidos en la misma Facebook (eso es porque Mark Zuckerberg quiere hacerle la competencia ahora a Youtube).
Pero si quieres saber qué cosas funcionan en Facebook, no te pierdas el curso de Facebook de Gabriella Campbell para la plataforma de MOLPE

Y, por supuesto, no te pierdas ninguna de las actualizaciones de la página de Facebook de MOLPE.